Rollos de papel higiénico, productos de limpieza, sopas de sobre, latas de raviolis, leche entera fresca y compresas adornan las estanterías del quiosco situado justo enfrente del comedor universitario principal.
Junto a la puerta cuelga un abridor de botellas para preparar una bebida fría para llevar. El vino caliente está disponible directamente en latas si tienes planes más ambiciosos. Y si después de la comida en el comedor aún le apetecen dulces o necesita fortificarse con chocolate entre seminarios, por supuesto también encontrará lo que busca en el puesto de la esquina.
Christian Wyrwa